Equivoquémonos.
Vamos a estar aquí para no quedarnos. Vamos a hacerlo mal. Vamos a jugar al escondite. Vamos a andar sobre la nieve. Vamos a taparnos con bufandas. Vamos a abrir la tapa. Vamos a dejarlo, dejarlo ir, dejarlo estar, dejarlo arder, dejarlo estallar.
Vamos a hacerlo mal. Vamos a quemarnos. Vamos a dejar que el vaho intente atraparlo. Vamos a notar el frío en el crujir de los dedos. Vamos a dejar que nos invada, que se cuele por los bajos del patalón. Vamos a dejar que nos hierva la frente. Vamos a dejar que la nariz se sonroje. Vamos a hacerle forzarse, indirectamente inconsciente. Vamos a mojarnos los labios con su textura. Vamos a permitirle que nos rodee.
Vamos a dejar que se evapore, todo él, todo lo nuestro. Vamos a desdibujar la línea de su cordura y su ensueño. Vamos a hacerle creer que envejecemos, que no nos delate nuestra juventud, que también sea efímero el invierno.
-¿No vas a volver, verdad?
-Nunca he estado.
Vamos a estar aquí para no quedarnos. Vamos a hacerlo mal. Vamos a jugar al escondite. Vamos a andar sobre la nieve. Vamos a taparnos con bufandas. Vamos a abrir la tapa. Vamos a dejarlo, dejarlo ir, dejarlo estar, dejarlo arder, dejarlo estallar.
Vamos a hacerlo mal. Vamos a quemarnos. Vamos a dejar que el vaho intente atraparlo. Vamos a notar el frío en el crujir de los dedos. Vamos a dejar que nos invada, que se cuele por los bajos del patalón. Vamos a dejar que nos hierva la frente. Vamos a dejar que la nariz se sonroje. Vamos a hacerle forzarse, indirectamente inconsciente. Vamos a mojarnos los labios con su textura. Vamos a permitirle que nos rodee.
Vamos a dejar que se evapore, todo él, todo lo nuestro. Vamos a desdibujar la línea de su cordura y su ensueño. Vamos a hacerle creer que envejecemos, que no nos delate nuestra juventud, que también sea efímero el invierno.
-¿No vas a volver, verdad?
-Nunca he estado.