miércoles, marzo 7


Alibi — Thirty seconds to Mars

¿Y si no sabemos lo que abarca un pensamiento propio? ¿Y si la mayoría de nuestra razón se encuentra en constante movimiento por un discernimiento que destruye todo lo que parece apaciguarse hasta desintegrarse? ¿Y si nos regimos por lo que no nos pertenece para descuidar lo que tampoco pertenecerá a nadie más que a nosotros? ¿Y si estamos solos? Pero, ¿y si la soledad yace su existencia en la lucha por la apatía? ¿Y si en el esfuerzo está el sentido, el valor, la importancia? ¿Y si la levedad de la existencia es la justificación a esto? ¿Y si en la ausencia absoluta de seguridad, más allá de toda apariencia, si en la constante repetición de todo está la explicación? ¿Y si necesitamos el caos como prueba de la verdad que buscamos, como antítesis intachable e imprescindible en la búsqueda de nuestra plenitud? ¿Y si necesitamos el caos?
Entonces, ¿qué hacemos ahora?