sábado, mayo 28

Turbidity.

Para nada necesito todo el odio del mundo, y mucho menos el amor.
Necesito que el calor sea más intenso, aun no lo noto dentro. A dónde quedaron los pajaros de papel. Tengo un  mapa en la cabeza, con esa linea roja discontinua y una equis algo desgastada.
Parece mentira que aun tenga sueño, pero ahora soy consciente de que no es cansancio es anhelo de sueños. Sueños de cielo. Sueños de rosas blancas. Sueños de aceras mojadas. Sueños de helados de vainilla y trozos de chocolate. Sueños de tiempo. Sueños de la estratosfera. Sueños de los sueños que aparecen en las bocas de los metros. Sueños de los abrigos beige. Sueños de paraguas rojos. Y sueños de frases contenidas.
Necesito lluvia liviana con truenos ensordecedores. Lluvia de la antigua. De la que cae en blanco y negro. Lluvia fea, irregular. Lluvia sencilla, que muestra al mundo tal y como es, y nadie sabe. Gotas de agua. Borrones en las letras. Chasquidos en las rendijas. Atrasos en los relojes. Sonrisas mojadas. Sombras en el aeródromo.
Necesito oscuridad en la noche. Espasmos de luz, pero solo éso. Incredulidad en las autopistas. Fallos en el vacío. Carreras en la desorientación. Folios no blancos. Persianas de madera barnizada desnudas. Mares calmados pues no hay quién los observe volar.
Claridad nula, predicción nítida.


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