domingo, junio 12

Lights.


Volar agarrada de la mano por la imprevisión. Así vivo ahora. Me siento como una esponja que absorbe todo lo que le rodea y un girasol que se torna en busca de luz. Me siento ligera, volátil. Debo haber perdido peso. Qué centelleantes resultan las luces de neón ahora que las miro con detenimiento tras el cristal del coche. Qué desconcertantes resultan los pensamientos impávidos chocando contra las paredes de tu cabeza.
¿Acaso existen los tractores azules? Exacto. ¿Qué es eso de la esencia? No me vengas con que ya te sabes ese chiste porque jamás hemos hablado de ello. Tic tac. La verdad es que notar tales cosas en el espacio no es fácil si éste es lo suficientemente grande. Lo suficientemente grande como para que no se oiga nada.
Basta de chillidos. No digáis nada más o terminaréis por quedaros sordos. Parecen una especie de rotonda donde la razón comienza a dar vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas, y termina por equivocarse de dirección.
Las ciudades durante la noche son increíbles. Ojalá pudieses detenerte a observalas, aunque solo fuese la tuya. Te cambian las perspectivas de la orientación. Ya sabes que los mapas que no me gustaban siempre los destrozaba.

3 comentarios:

  1. Que sepas que me ha encantado el blog.
    De lo mejor que he leído por Blogger últimamente.

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  2. ¡Ay, no me digas esas cosas! Y menos una artista como tú, que crea tales genialidades, por favor.
    Muchísimas gracias, Nora.

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  3. Pues sí, te lo digo.
    Es más, quiero Twitter, Fotolog y todo lo que tengas.

    ;)

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